Equipos directivos y profesionales de los hospitales de La Ligua, Cabildo y Petorca se capacitaron durante dos jornadas en el taller sobre «Inclusión para la Gestión del Riesgo de Desastres en Hospitales (INGRID-H)», siendo el primero que abarcará a todos los establecimientos de los tres Servicios de Salud de la Región de Valparaíso.

De esta manera, los hospitales de esta región comenzaron un importante proceso de capacitación en esta metodología para mejorar el nivel de inclusión en la gestión del riesgo de desastres en salud, con énfasis en las personas con discapacidad para la preparación y respuesta de los hospitales frente a emergencias y desastres.

La capacitación organizada y coordinada por DEGREYD, fue impartida por la enfermera de la Subsecretaría de Redes Asistenciales y experta en la materia, doctora Yocelyn Price, en dependencias del Hospital de la Ligua y con el apoyo de un equipo de profesionales de la ONG «Inclusiva» durante las actividades de capacitación.

La jefa del DEGREYD, enfermera Mg. Paola Pontoni, expresó que «la implementación de INGRID-H aportará no solo al cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidad en la Región de Valparaíso, sino que también contribuirá a los esfuerzos que estamos haciendo en Chile por tener un sector de la salud más seguro, inclusivo y resiliente».

El objetivo general de INGRID-H es mejorar el nivel de preparación para la respuesta hospitalaria ante situaciones de emergencia y desastres provocados por cualquier tipo de amenaza (fenómenos naturales, amenazas biológicas, químicas o radiológicas, conflictos armados y otras amenazas sociales), con énfasis en las personas con discapacidad en los hospitales. Entre sus objetivos específicos destaca el de facilitar que las personas con discapacidad reciban información, se movilicen o evacúen agentes de vulnerabilidad ante posibles desastres (autonomía);
promover el fortalecimiento de capacidades del hospital, que permitan apoyar mediante equipamiento, procedimientos y personal capacitado y entrenado, a las personas con discapacidad que no puedan actuar de manera autónoma, durante una emergencia o desastre; y favorecer la identificación de puntos críticos y la toma de decisiones mediante un índice que permita ubicar a los establecimientos de salud en un nivel de inclusión, estableciendo acciones de mejora a corto, mediano y largo plazo.

Si bien el diseño de la metodología ha tomado como objetivo reducir los riesgos de desastre para las personas con discapacidad que laboran en el establecimiento de salud, su aplicación facilita que el establecimiento esté preparado para atender a usuarios externos, sean estos pacientes, visitantes u otros.