Reporte 2024 The Lancet Countdown: Chilenos están más expuestos a las amenazas del cambio climático
¿Qué significa el cambio climático para la salud de los chilenos? Esa fue una de las numerosas preguntas que buscaba resolver el Reporte The Lancet Countdown 2024, que fue presentado en un conversatorio organizado por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica de Chile y en el cual participó la jefa de DEGREYD, Paola Pontoni Zúñiga, quien explicó sobre los planes sectoriales de Adaptación y Mitigación al cambio climático.
El reporte liderado por la investigadora Yasna Palmeiro, establece que el cambio climático está teniendo un impacto directo sobre la salud de los chilenos, lo cual se advierte por el aumento de días de calor extremo y un alto riesgo de incendios forestales en época estival. Al analizar las amenazas climáticas -temperatura, sequías, lluvias- se constató que los chilenos están más expuestos porque la amenaza en sí mismo ha ido empeorando cada vez más.
Entre los grupos más vulnerables al cambio climático están los mayores de 65 años, los niños pequeños, las personas con enfermedades crónicas y trabajadores expuestos a altas temperaturas o condiciones extremas.
El reporte advierte que los episodios de calor extremo están aumentando significativamente en Chile afectando de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables, ya que la exposición a este fenómeno ha aumentado un 94% en el caso de los mayores de 65 años y de un 88% en menores de un año. Cabe consignar que las altas temperaturas obligan al cuerpo a utilizar mecanismos de termorregulación que, cuando se sobrecargan, pueden generar letargo y disminuir la capacidad mental.
En las personas mayores el calor extremo puede provocar deshidratación, fallas renales y complicaciones cardiovasculares como arritmias o infartos, debido a que los mecanismos de termorregulación del cuerpo se sobrecargan; mientras que el impacto en los menores de un año también es preocupante debido a la creciente cantidad de días con olas de calor. “Desde 2010, hemos observado veranos más calurosos y prolongados, lo que representa un riesgo significativo para esta población, que es especialmente sensible a los efectos del calor extremo”, dice la investigadora.